Ley
de Software Libre atrapada en el Parlamento
Advertencia
necesaria: el
sarcasmo puede ser verde aquí.
Kana,
a propósito de nuestras
tertulias sobre
la privacidad, el espionaje electrónico, la soberanía digital y
nuestra ley de software libre...
Vos
me mojás la oreja, me decís que Linux debería resolver todo y
después no querés que engrane. No seas malo. En el Senado se trancó
el proyecto de ley y vos querés que yo salga a decir que si en el
mundo todo fuera Linux no habría espionaje electrónico. Vos no me
querés ¿no?
Hace
rato que siento la necesidad de resumir el proceso del software libre
en el Estado, o tempo nao para y los detalles se van perdiendo. El
trámite lleva nueve años en el parlamento, al final uno termina con
cayos en el pensamiento.
Voy
a intentar pasar en limpio las razones del aparente bloqueo del
proyecto en el Senado, con la intención de que ayude a destrabar la
situación.
Es
probable que la mejor comprensión de algunos de estos temas no sea
tan directa para todo el mundo. Vos has estado siempre al alpiste,
atento a "desencriptar" muchas de las ideas que a los
tecnobitchos nos parecen tan comunes.
Acabo
de leer un
artículo de Richard Stallman [0]
interesante por varios motivos. Hay allí opiniones suyas sobre temas
más "mundanos", o más cercanos a nuestro acervo, que
resulta en una aproximación más fácil para entender su cabeza, su
mirada del mundo. Directo y sintético como siempre, pero también
simplista, a veces.
En
cambio no erra donde no debe fallar. En el despeje de la
conceptualización y los significados de las libertades en la era
post-digital allí donde el uso del software pueda oscurecer o
iluminar el camino hacia su conquista, su defensa, no sólo no falla,
abunda en aciertos.
Pero no era eso lo que encontré en el artículo y me impulsó a retomar la cosa. Hay una frase que puede servir para tu tarea de agregar "subtítulos en español" a mis comentarios. Te va a gustar.
Dice: "El Software Libre nos permite ejercer el control sobre nuestras propias computadoras, pero eso no protegerá nuestra privacidad una vez que pongamos los pies en Internet."
En aquel hilo hice una valoración acerca de las diversas formas de asimilación que nuestra izquierda ha tenido sobre el asunto del Software Libre. Te decía:
El 12/10/2013 21:29, el marcelox escribió:
Con software libre es bastante más difícil engañar, abusar. También los márgenes de errores, de fallos, de incidentes indeseables son bastante más acotados, a la vez que son mayores las posibilidades y herramientas para prevenirlos y corregirlos. No obstante, es bien importante tener claro que el software libre no es "la solución" de estos males. Entiendo que sería una irresponsabilidad sostener o dejar que la gente crea lo contrario.
Claro, que algunos compañeros de la izquierda metabolizan los temas con el piloto automático y se sorprenden ante las voces que desde la propia comunidad del software libre alertan sobre estos detalles. Algunos incluso van un poco más allá y empiezan a blanquear los paredones.
Vos
podrás decir que exagero. No por la ironía en particular, sino
porque no es momento de andar sobre lo que nos separa. Y puede ser.
Intento traer las cosas a un contexto más cercano que el de la disputa electoral de 2014, la nacional. Hace pocos meses, bajo la misma matriz de análisis, un diputado del FA difundía un mensaje de temor y dudas en una reunión de bancada. Entre otros temas, se analizaba la marcha del proyecto de ley de Software Libre.
Algunos Senadores ya habían planteado su inquietud y se evaluaban propuestas de modificaciones al proyecto. La eventual advertencia aparentemente incluía en tiro por elevación, una suerte de acusación de traición a los principios de izquierda frenteamplista. Según nuestros incansables compañeros, las modificaciones representaban una alineación inequívoca con los intereses capitalistas de la industria nacional. Parece que acompañó su arenga con advertencias sobre probables sobornos sin aclarar demasiado si los candidatos serían integrantes de la bancada del FA o asesores de la comunidad del software libre. En la comunidad de software libre a este tipo de conductas se las conoce como FUD. [1]
Este
temor infundido o su intento, no son de su propia factura. El
diputado traduce y reproduce lo que recibe de sus linuxeros de
confianza: Cesol, o Centro de Estudios de Software Libre, o la
representación de “la barra” en la comunidad del Software Libre.
Es un grupo nuevito, casi que nacido para la ocasión, tiene un año
de vida.
Ellos
están realmente convencidos de que las modificaciones al proyecto
arruinarían la ley. Sin embargo sus fundamentos son bastante
endebles, parten de los mismos errores conceptuales comunes a casi
toda la izquierda, eso que llamo “metabolización automática” de
los temas de Software Libre. Y es que la génesis de Cesol, su
proceso evolutivo, está en una decisión política de izquierda, su
origen no es “la comunidad de software libre” aunque algunos de
sus militantes tengan actividad en nuestra comunidad.
Estos
muchachos no consideran las razones por las que la FSF no incluye los
principios en que ellos basan su justificación de "no a las
modificaciones", en el cuerpo doctrinario o en la misma
definición que FSF hace de "Software Libre". Es muy
cuidadosa la FSF al publicar una recomendación en ese sentido, hacia
las políticas de adopción de Software Libre en los estados, emite
una recomendación, pero nada más que eso. Y es razonable, la FSF
sabe que la primera obligación de los administradores de turno es
garantizar gobierno.
Si
dichas recomendaciones formaran parte de la definición del Software
Libre, es decir si éstas fueran un requisito para definir a
determinado software como Software Libre, entonces la FSF estaría
restringiendo las posibilidades de adopción, induciendo a la toma de
riesgos y por tanto debilitando a la capacidad de gobernar, de
asegurar la administración del Estado.
Transcribo
la parte del Artículo 2 que concentra el grueso de las discordias
-Versión original del proyecto, Repartido
Nº 211,
[2] Abril de 2010.
Artículo
2º.- En las
instituciones y dependencias del Estado mencionadas en el artículo
1º, cuando se contraten licencias de software se dará preferencia a
licenciamientos de software libre, frente a licenciamientos que
permitan solo el uso o sean privativos de alguno de los permisos del
software libre; en caso de que se opte por software privativo se
deberá fundamentar la razón. El intercambio de información
realizado con el Estado, a través de Internet, deberá ser posible
en, al menos, un navegador de Internet licenciado como software
libre.
Artículo
2º.- En las
instituciones y dependencias del Estado mencionadas en el artículo
1º, cuando se contraten licencias de software se dará preferencia a
licenciamientos de software libre. En caso de que se opte por
software privativo se deberá fundamentar la razón basada en
aspectos técnicos que no puedan ser resueltos con software libre.
En
caso de que el Estado contrate o desarrolle software, el mismo se
licenciará como software libre, incluyendo el acceso como software
libre al o los programas necesarios para el desarrollo. El
intercambio de información realizado con el Estado, a través de
Internet, deberá ser posible en, al menos, un navegador de Internet
licenciado como software libre.
A
mi juicio, y en orden de importancia creciente, estos serían los
puntos que generan conflictos y debería estudiarse su modificación:
- “navegador de Internet”
- “basada en aspectos técnicos”
- “incluyendo el acceso como software libre al o los programas necesarios para el desarrollo.”
No
hay en juego elementos que afecten a los principios, a la libertad o
a la soberanía nacional, mucho menos que puedan 'castrar' o dejar el
proyecto como un simple saludo a la bandera. Veamos.
Punto 1.
El
primero de los puntos, es un detalle fino, si se quiere. No todo
el intercambio de información realizado
con el Estado, a través de Internet se
hace a través de navegadores.
Tal
como está redactado el artículo, alguna interpretación no deseada
podría limitar o impedir al Estado la utilización de la internet en
aquellas facilidades que no requieran de un navegador. A modo de
ejemplo absurdo, debería desarrollarse un absurdo navegador para que
Antel pudiera continuar gestionando el ruteo o el acceso de sus
clientes a una conexión en su oficina o en su domicilio. También la
gestión y el encaminamiento de mensajería, sea de correo
electrónico o a nivel de transacciones electrónicas, son otro
ejemplo de actividad vital que no involucra a los navegadores o éstos
sólo intervienen en el extremo de interfaz con usuario.
La
misma web, siendo una parte importante de internet, existe en virtud
de un enorme conjunto de recursos que la hacen posible, en que los
navegadores serían una parte de la punta del iceberg.
Disponemos de todo el software libre necesario para estas tareas, pero no existe un navegador, ni libre ni privativo que pueda hacerlo. Yo creo que nadie se oponga seriamente a una modificación aquí. Por otra parte, el fallo de redacción viene de una modificación previa y no del empujón de última hora de diciembre. En ésta los cumpas están libres de pecado.
Otro
sí digo: no estamos ante un tema de principios.
Punto 2.
El
punto 2 propone un asunto más serio. Atañe a las excepciones de
preferencia de software libre previstas en el proyecto. En efecto, no
todas las necesidades de software del Estado pueden ser atendidas, o
pueden serlo de la mejor forma, mediante el uso exclusivo de software
libre. Si bien esto cambia velozmente, hoy por hoy es así. Por esta
razón se han previsto excepciones.
Aunque
este proyecto no obliga a la contratación, sino que otorga
preferencias por software libre, es razonable que se exija una razón
válida para hacer excepciones. Hasta ahí todos felices. El
agregado, por el que la razón de excepción debe estar basada
en aspectos técnicos, no debería
constituir un problema, es más, parece reafirmar la voluntad de
bloquear el paso al software privativo.
Suena
más radical, más de izquierda ¿no? y desde cierto punto de vista
lo es. Pero esa fortaleza también encierra una debilidad.
Ciertamente
la exigencia de bases técnicas para permitir excepciones, oficia de
freno a la adquisición de software privativo basado en tonterías
como que "la paleta de colores de mi Desktop no tiene toda la
onda". Quienes deban estudiar las solicitudes de excepción no
darían abasto. En efecto el alcance de la Ley se vería limitado.
Amén
de la inteligencia y buena intención, el agregado hecho en diciembre
puede ser factor de retrasos, o limitaciones más o menos importantes
a la hora cubrir una necesidad inesperada, ante situaciones
inesperadas. Pienso en la burocracia juzgando estas cuestiones en
plena crisis -cualquier crisis, que deba afrontar un gobierno.
Esto
no tiene nada que ver con una supuesta alineación con los intereses
de la industria nacional -que por otra parte, tampoco debería ser
anatema-, sino con garantizar la disponibilidad y el acceso a la
mejor solución o simplemente a la solución adecuada frente a
imprevistos u otras situaciones. Garantizar gobierno, su
funcionamiento y capacidades de respuesta, primera obligación del
FA.
Sin
embargo el intríngulis evidencia una de las carencias importantes de
nuestro proyecto. Creo que hay lugar para un buen capítulo de
excepciones. Este no solo debería marcar la cancha en el abundante
trabajo de reglamentación que seguirá a la ley, sino que puede
también definir o remarcar un perfil político a esta Ley. Tiene
todo para ser enmarcada en la idea del gran Proyecto Nacional que
necesitamos enamore y oriente a las fuerzas de cambio en Uruguay.
El
apartado de excepciones del decreto-ley
1014, abril de 2008 [4]
que habilitó la adopción de Software Libre en Ecuador es un ejemplo
interesante. La sugerencia es de Richard, quien tuvo mucho que ver
con ese decreto. [5]
He
sugerido a algún diputado blanco la posibilidad de que el Partido
Nacional tome la posta en ese tema de las excepciones, los colorados
ya han dado su apoyo con el voto en diputados. Los blancos cometieron
un error excusable, que puede ser enmendado con un aporte muy
positivo. El proyecto saldría favorecido.
Hay
otro elemento en este punto 2 no
menor, aunque es más sutil.
Desde
su primera versión, año 2003, este proyecto fue atacado por parte
de la industria y la academia. Es comprensible, Bill Gates decía que
el Software Libre era un hobbie de estudiantes, y el fallido Steeve
Balmer, su sucesor en la Microsoft Corp. Inc. llegó a decir que el
SL destruía valor. Estos señores eran “gurú” en la triste
década de los 90. Recorrían universidades, congresos y eventos
tecnológicos con su santa prédica, eran ejemplos para la juventud
emprendedora.
El
eje de las críticas de la oposición al proyecto consistía en un
ardid muy sesudo, basado en una falacia. Si el Estado da preferencia
a una tecnología en particular, corremos el riesgo de quedar fuera
de la carrera. Romper con el principio de neutralidad tecnológica es
un error gravísimo, de consecuencias impredecibles para futuro
desarrollo tecnológico, industrial, comercial, científico. En
temas de alta tecnología, de electrónica, comunicaciones,
computación, hasta las ecuaciones de lo Einstein pareciera que han
sido puestas en entredicho. La aceleración del tiempo guiada por
estos fenómenos no estaría limitada por la velocidad absoluta. Acá
todo avanza con un vértigo tal que perder el tren de la historia es
la norma, no la excepción.
Todo
bien pero... «¿y... y... y el animalll ??? » -me grita el flaco de
Les Luthiers... - Ah, la vaca! -le respondo.
Nuestra
vaca está en la palabra "tecnológica". Software libre no
es ninguna tecnología diferente. Dejemos que hable el maestro, tu
amigote.
«También hay que tener en cuenta la neutralidad tecnológica. Yo estoy de acuerdo con la neutralidad tecnológica; eso es bueno. Cuando una decisión es meramente técnica, el Estado no debe tener una preferencia, sino que debe dejar elegir a los usuarios. Sin embargo, no estoy a favor de la neutralidad ética, social o en asuntos de libertad. La decisión de elegir entre software libre y software privativo no es técnica, porque el mismo código podría ser libre o privativo. No se trata de lo que haga el código técnicamente, sino de un asunto ético, político y social. Lo que importa es la libertad que tendrá el usuario.
El Estado, practicando la neutralidad tecnológica, no debe ser neutral entre el software libre y el software privativo.» Richard Stallman, ante la Comisión de Especial de Innovación, Investigación, Ciencia y Tecnología el 8 de noviembre de 2008 – En versión taquigráfica N° 1852 de 2008 [6]
Dame
el microsoft explorer bajo una licencia de software libre y el
explorer será software libre, sin cambiarle un solo bit. Estemm ...
¿o te hago un dibujito? Digo, turco, por si no te quedó claro.
Acordate
de lo que le dijeron a don Pablo Abdala, por el informe
en minoría,
[7] cuando se votó la ley en diputados. Es la misma falacia, que
tristemente dejó a los blancos fuera del proyecto. Aspiro a que
vuelvan, el proyecto merece y es capaz de obtener el apoyo del todo
el espectro político.
Lo
cierto es que la modificación de diciembre revivió formalmente el
argumento que la comunidad de software libre desactivó con esfuerzo.
Te imaginarás cómo se rieron de mí cuando se los señalé. Ellos
no rehuyen la lucha ideológica, dan la batalla de frente: la
neutralidad tecnológica es un invento de los gringos.
Te
decía que el punto 2 también es una sutileza, pero empuja el carro.
Otro
sí digo: tampoco estamos ante un tema de principios.
Punto 3.
Finalmente
el punto 3 está
llamado a dividir las aguas, es el fiel de la balanza. Si
yo fuera bolche te diría que acá hay una cuestión de clase. Y
permitime que sea más claro y uruguayo, acá la cuestión es entre
oligarquía y pueblo. ... si te parece, digo.
Esta
modificación alude al software que se utilizó para 'fabricar' el
producto que el estado está comprando, o sea software. Parece un
trabalenguas pero no lo es.
Un
programa de computadora, es decir, un determinado software, se
construye a partir de su código fuente. Esto es un texto humanamente
legible que contiene las instrucciones del programa, codificadas en
un lenguaje de computación. Es el trabajo de los programadores. Ese
texto puede ser escrito con tiza y pizarrón, una máquina de
escribir o un procesador de palabras (word, notepad, libreoffice,
openoffice, etc), tanto da. [8]
El
pasaje del artículo, establece que el software que se usó para
escribir ese texto, así como toda herramienta necesaria para
producir el software adquirido o desarrollado por el Estado, también
deberá ser licenciado como software libre.
La
idea es acorde al espíritu y los principios del software libre, es
una circunstancia deseable, diría razonable. En la práctica es
imposible de verificar. Es simple, si me entregan el código fuente
impreso en papel, no deja de ser código fuente. Es imposible probar
que en las tareas de escribir, e imprimir ese texto, solamente se
utilizó software libre. Se entiende así por qué la FSF no incluye
esta idea dentro de la conceptualización del software libre. La
definición de SL debe ser necesariamente concisa y lo es. Después
hay recomendaciones, sugerencias, ideas concretas de implementación,
que a veces pueden ser interesantes y otras no.
Vos
dirás -¿es que esta gente no se da cuenta de eso? Como vos me
enseñaste, a veces la razón está ausente, a veces. Dejemos los
bytes, chipes y pantallas táctiles de lado, y la cosa puede resultar
más fácil de entender.
Hay
una marcada necesidad de resaltar diferencias ideológicas y ese es
el motivo por el cual los muchachos se paran en los pedales de estos
detalles, sin reparar en si eso da más o menos viabilidad al
proyecto. Lo importante es que la gente entienda dónde está la
verdadera izquierda y para muestra tenés algún botón fresquito.
Hace un par de días escuché una "Canción
urgente para el Frente Amplio"
[9] interpretada por el mismísimo presidente de Cesol, un
grande, tu pariente. Viste que bien entona?
Pero
este punto 3 tiene bastante más jugo de lo que podría parecer de
entrada.
La
industria nacional de software es importante para el Uruguay. Por
varios motivos. Además de los obvios, la generación de empleo
calificado, el ingreso de divisas, la visibilidad de mercado que
pueda aportar a la imagen de Uruguay como polo generador de
tecnología, hay que sumarle, el subjetivo envión de amor propio que
supone sabernos capaces de ser exitosos en disciplinas de vanguardia.
El
año pasado la totalidad de las exportaciones del Uruguay alcanzaron
casi los 50 mil millones de dólares.
Según
la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información -CUTI, el
sector produce ingresos algo superiores a los 600 millones de dólares
anuales, de los cuales 250 millones corresponden a exportaciones, un
5% aprox. del total de exportaciones del Uruguay.
Su
inserción en el mercado global es significativa, alcanzando a un
universo de clientes en 52 países, en todas las regiones. A mi
entender, éste es un dato relevante.
No
obstante, la buena difusión de las cifras, su creciente peso
relativo en la economía, llama la atención la dificultad para dar
con información de buena calidad, detalle, discriminaciones por
subrubros, etc, necesaria para intentar una mirada un poco más
profunda. Esta característica limita en forma importante la
capacidad de análisis global de impacto económico.
A
modo de ejemplo, no es posible discernir que parte de estos ingresos
corresponden a software desarrollado y qué parte son generados por
servicios de capacitación, consultorías, mantenimientos. El primer
rubro correspondería a licencias y el segundo serían servicios.
La
relación entre exportaciones e importaciones de licencias de
software podría agregar un elemento de juicio interesante.
Lamentablemente no contamos con la información suficiente.
Hay
que señalar que tampoco contamos con datos de importación de
licencias de software. Hay mucho software que se adquiere integrado
al hardware. Pero es significativo el fracaso de los pedidos de
informes de algunos diputados que intentaron obtener la cifra de
compras del Estado en ese concepto.
Acá
vale la pena detener la mirada sobre algunos aspectos e ideas que en
principio, podrían resultar inconexos. Así que abrimos un
paréntesis grande.
La
definición clásica de “bien económico” considera la propiedad
cuantitativa de finitud o infinitud en la disponibilidad de un
recurso dado, para que éste pueda ser calificado como un “bien
económico”. En general, si no es escaso no se considera un “bien
económico”. [10]
El
software tiene un costo de producción que en general no guarda
relación con el precio final al que es vendido. En parte eso es
posible porque una vez producido, puede ser reproducido virtualmente
al infinito, el costo de copia es inmaterial.
La
licencia de software privativo es un permiso de uso de ese software,
con limitaciones que cortan el ciclo natural que describimos. Quien
recibe el software es expresamente privado de esa facilidad de hacer
copias, en virtud de los términos de licencia.
A
esta altura resulta un poco más fácil de entender el firme interés
de Washington en proponer o exigir la actualización de las
legislaciones en temas relativos a la “propiedad intelectual” en
todo el mundo. Este empeño lleva más de 20 años y abarca a más
sectores, no sólo a la industria del software. [11]
En
1980 Microsoft compra el MS-DOS por 50 mil dólares, del que
concederá licencias a IBM para que ésta lo incluya su IBM-PC, la
primera computadora personal. En el 2000 el valor de bolsa de la
Microsoft Corporation era de 360 mil millones de dólares. Obviamente
también resulta más fácil de entender la aceleración relativista
con que la industria del software alcanzó volúmenes de acumulación
astronómicos en menos de 20 años.
Los
tipos habían descubierto la gallina de los huevos de oro. Nunca será
suficiente nuestra carne, quesos, vinos, cueros o lo que sea, para
comprar licencias de software. Por más que nuestros productores de
bienes incrementen la producción, el valor agregado de nuestros
bienes, siempre habrá licencias de software para comprarnos toda
nuestra producción y nuestro trabajo con papeles decorados con
figuras holográficas.
Se
van a quedar con el planeta, no es un eufemismo dado que las
licencias son infinitas.
Hay
una cita atribuida al premio nobel irlandés George Bernard Shaw, que
puede decirnos mucho sobre la esencia de estos asuntos.
"Si
tú tienes una manzana y yo tengo una manzana e intercambiamos las
manzanas, entonces tanto tú como yo seguiremos teniendo una manzana.
Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea e intercambiamos
ideas, entonces ambos tendremos dos ideas."
De
ahí la importancia de conocer cuánto pesan nuestras licencias de
software en el total de exportaciones del sector y cuanto los
servicios de formación, consultorías y mantenimientos, por ejemplo.
Bueno
Turco, acá cerramos el paréntesis grande.
Aunque
estos detalles pudieran desinflar un poco el perfil o la incidencia
real de la industria nacional de software en nuestra economía, esto
no hace menos importante para el Uruguay el cuidado necesario de las
políticas hacia el sector. Es un sector de enorme potencial para el
país.
Hay
algunos razonamientos obvios. Si no existiera esta industria
nacional, las importaciones de licencias de software serían aún
mayores. Pero hay bastante más en la cadena de valor que subyace a
la producción de software y servicios derivados que el Uruguay ha
conquistado, que los emprendedores y trabajadores del sector
tecnológico uruguayo han conquistado. No sólo en know-how
tecnológico, comercial o redes de comercialización establecidas,
etc.
Hay
algunas algunas particularidades en nuestra industria de software que
es necesario tener presente para entender mejor su relación con
nuestro proyecto de software libre y el proceso en curso.
Tanto
por el costado tecnológico como por el comercial, hay un liderazgo
claro de Artech en el sector. Ellos han sido pioneros, han abierto y
marcado camino a nuestra industria. Mi percepción es la de una
empresa bien valorada en el ambiente industrial y entre los
informáticos uruguayos en general.
El
centro de Artech es Genexus, un software peculiar cuyo propósito es
el de automatizar, justamente, la producción de software. Podríamos
definirlo como una herramienta que asiste a los desarrolladores en el
proceso de producción de software, automatizando gran parte de las
tareas necesarias para generar aplicaciones. Es un software orientado
hacia la generación automatizada de software.
Genexus
lidera el segmento de los generadores de aplicaciones a nivel
mundial, siendo prácticamente único en su especie. Esta
característica está en sintonía con la muy buena imagen de Uruguay
en la producción de software a nivel mundial.
No
obstante estos valiosos atributos, Genexus es software privativo.
Está muy claro que no podrá tomar beneficio alguno de las
preferencias que otorgará esta Ley en adquisiciones de software del
Estado uruguayo. Al igual que todo el software privativo, las
licencias bajo las que se comercializa Genexus privan de algunas
libertades a sus usuarios, tienden a mantener la división entre sus
usuarios, propician actitudes reñidas con los valores de la
solidaridad social, etc. Lo de siempre.
Ya
ves Turquito, con tanto paredón recién blanquedado, uno se cuida
las espaldas.
Estamos
en un período de transformaciones y los cambios son bastante ágiles,
pero al día de hoy esa es la realidad de casi toda la industria del
software que ocurre en el sistema capitalista.
Sin
embargo aún en este sistema se puede ser más peludo o más pelado.
Están los que hacen esfuerzos por disminuir la injusticia y los que
disfrutan con ella. La industria de software privativo tiene un
historial bastante jodido en cuanto a métodos y estrategias
comerciales, abusos de posición dominante etc.
El
caso de Artech puede ser ubicado a buena distancia de lo peor de
estas prácticas. En efecto, la empresa ha propiciado la creación de
una comunidad de desarrolladores en torno a Genexus y ha promovido
una cultura en que el conocimiento compartido es valorado.
Desde
hace algunos años también ha estado recorriendo un camino de
apertura y divulgación de parte importante del conocimiento surgido
en torno a Genexus. [12]
Por
supuesto, todo lo ha hecho en concordancia con el lineamiento de sus
políticas comerciales, de marketing etc. sin perder el rumbo,
centrado en la rentabilidad, inherente y necesario a toda empresa que
aspire a permanecer en el mercado, elemental.
No
es menos cierto que Artech ha preferido ese camino al de la ortodoxia
cerrada de preservar todo su conocimiento bajo estricto secreto,
típico en los 'evils' de las multinacionales del software. Éstas
prefieren pagar multimillonarias multas en euros antes que compartir
conocimiento. [13]
No
es extraño que una parte considerable del parque de aplicaciones de
software necesario para el funcionamiento del Estado uruguayo esté
basado en Genexus. Es natural que una vez aprobado el proyecto, esta
situación se mantenga por un lapso más o menos prolongado. No creo
que sea una buena idea agregar dificultades al mantenimiento que
dicho parque de aplicaciones vaya a necesitar en el futuro más o
menos inmediato.
Tampoco
es una buena señal hacia la industria nacional, incluir en una ley
nacional un párrafo específicamente dedicado a obstruir el uso de
aplicaciones desarrolladas a partir de Genexus.
“En
caso de que el Estado contrate o desarrolle software, el mismo se
licenciará como software libre, incluyendo el acceso como software
libre al o los programas necesarios para el desarrollo.”
Además
del ejemplo burdo de los procesadores de texto que mencionaba antes,
Genexus es de los pocos programas que efectivamente quedaría
exceptuado dentro de esa puntualización.
Está
claro que una aplicación desarrollada con Genexus puede
perfectamente ser licenciada bajo una licencia de software libre. De
hecho existen ejemplos. LibreFar es un software nacional para la
gestión integral de una cadena de farmacias, desarrollado con
Genexus y comercializado enteramente bajo licencia GNU/GPL, la más
usada de las licencias libres. [14]
Es
importante saber que si bien este software es formalmente sotfware
libre, hay una diferencia importante en cuanto a la facilidad de
mantenimiento y extensión del mismo, tareas para las que se
necesitará de Genexus o una aplicación adecuada, sea ésta libre o
privativa.
Con
las modificaciones auspiciadas por Cesol en diciembre de 2012, no
sólo se debilitó la base de apoyo al proyecto de ley, también se
introdujo elementos de división en una comunidad de software libre
que hasta ese entonces estaba muy unida en torno a un proyecto que
siempre consideró como propio. Para nosotros la cadena de errores
que arranca en aquellas modificaciones empujadas con sigilo, rompió
la unidad que la comunidad uruguaya de software libre había logrado
en torno a su proyecto y dio un fuerte envión a la unidad de las
fuerzas que podían tener reparos o disconformidades con la
iniciativa.
Esto
se hace evidente al leer las actas de las comisiones de diputados y
senadores que se han ocupado de su tratamiento. Ninguna de las
delegaciones invitadas que pasaron por las comisiones manifestó su
rechazo al software libre. Por el contrario, el testimonio de
aceptación y uso de software libre aparece entre las primeras
expresiones de los visitantes, incluyendo a la AGESIC, LATU, CUTI, a
la ASIAP, a autoridades y técnicos de diversos organismos del
Estado, que han ofrecido reparos o dudas frente a la aprobación del
proyecto.
Como
se dijo, la comunidad de usuarios de Genexus comparte valores que son
el sello de la comunidad del software libre. Muchos compañeros
participan en la actividad de ambas comunidades, algunos históricos,
precursores del uso y la difusión del software libre en Uruguay,
activistas de la comunidad de Software Libre desde siempre.
Artech
es un actor de gran peso en la industria del software nacional y no
fue un elemento de oposición al software libre, a su comunidad ni al
proyecto de ley.
En
los hechos nuestro proyecto, no es un proyecto que tenga el potencial
ni la vocación de afectar en forma negativa la actividad de nuestra
industria de software. En cambio, si somos capaces de lograr la más
amplia base de apoyo político y escuchamos los aportes y puntos de
vista de todos los actores puede constituirse en un excelente
dinamizador de la industria, en sintonía con la necesaria
conformación de ese gran proyecto nacional, fortaleciendo la
soberanía y generación de conocimiento.
El
punto 3 se ha terminado, la tercera es la vencida.
Otro
sí digo: ¿no estamos ante un tema de principios?
---
Notas
y enlaces.
[0]
El acrónimo de “miedo incertidumbre y duda” en inglés. Siempre
tan colonizados los
heckers. http://www.jargon.net/jargonfile/f/FUD.html
[5]
Hay también una propuesta de agregado a los términos de excepciones
que el propio Richard hiciera en su visita a la comisión de
diputados en 2008 cuando lo trajimos en el marco de la segunda
licitación del Plan Ceibal. Los cumpas se olvidaron de incluirla en
sus sugerencias que acabaron en las modificaciones de diciembre de
2012. Están en la trascripción de la versión taquigráfica, es el
enlace que siuge.[6]
[6] http://www.parlamento.gub.uy/indexdb/Distribuidos/ListarDistribuido.asp?URL=/distribuidos/contenido/camara/D20081106-0963-1852.htm&TIPO=CON
[8]
En algunos casos, con esto el programa ya es capaz de ejecutarse, sin
embargo en la mayoría de ellos todavía hace falta que esto sea
traducido a lenguaje binario para ser ejecutado. Pero esto no
interesa ahora.
[10]
No aspiro que sea una definición válida, ni cerca. Se poco de
economía. Lo que pretendo establecer es que hay una enorme
diferencia entre una licencia y un par de zapatos.
[11]
Quizá algunos recordarán la digna actitud de un diputado oriental
que dejó plantado al embajador de los EEUU, al retirarse en medio de
un cena en señal de protesta por lo que consideró una intromisión
en los asuntos internos del Uruguay y un ataque a nuestra soberanía.
El motivo, la insistencia del embajador en sugerir modificaciones al
sistema legal uruguayo en términos de “propiedad intelectual”.
Luego, cuando las políticas del Consenso de Washington comenzaban a
perder terreno en A.Latina, el tema pasó a ser parte central de los
TLCs. Todo era discutible, menos el capítulo relativo a los derechos
vinculados a la “propiedad intelectual”. En el TLC Chile-Usa es
el capítulo 17, una joyita.
[12] http://www.gxopen.com/gxopen/servlet/about Sitio
de Artech dedicado a compartir conocimiento en torno a Genexus,
incluyendo hosting de desarrollo y repositorios de aplicaciones
libres como es el caso de LibreFar.
[13] Today
the European Commission has imposed a substantial fine – to be
precise € 899 million – on Microsoft for its non-compliance up
until 22 October 2007 with its obligations under the Commission’s
March 2004 Decision to provide interoperability information on
reasonable terms. Neelie
Kroes, Comisaria europea de políticas de competencia de la Comisión
Europea, en la conferencia de prensa anunciando la multa. No pude dar
con el texto en español, éste es el
anuncio http://europa.eu/rapid/press-release_SPEECH-08-105_en.htm?locale=en y
éste el decumento
completo http://europa.eu/rapid/press-release_SPEECH-08-105_en.pdf No
tiene desperdicios y es muy breve.
[14] http://www.gxopen.com/gxopen/servlet/projectinformation?257 El
autor de LibreFar, Haroldo Stenger es un activista comprometido desde
hace muchos años con la comunidad y los principios del Sotfware
Libre. El Manifiesto que
acompañó a la primera publicación del LibreFar abunda en conceptos
y resume a la vez, varios puntos de la temática.
[15]
Ante la debilidad de la argumentos técnicos y políticos para
justificar su cerrada negativa a reconsiderar la oportunidad de ésta
cláusula en el anteproyecto, los cumpas de Cesol movieron cielo mar
y tierra y lograron que la FSF emitiera una recomendación en tal
sentido e incluyera un agradecimiento y mención especial a la
“comunidad” uruguaya de Software Libre. Es una recomendación y
nada más que eso. Ciertamente la misma FSF, hace unos años dio su
apoyo a la publicación bajo GNU/GPL del LibreFar.